Educación y civismo

Con frecuencia, en nuestro quehacer diario, realizamos numerosas acciones, comportamientos, que ponen de manifiesto nuestro niveles de civismo y educación. Incluso podríamos decir, que cuando lo hacemos de manera inconsciente, aún es más evidente que nuestro comportamiento, nuestras acciones, están más interiorizadas, más aprendidas. Por eso en ocasiones decimos que nos traiciona el subconsciente. Para comprobarlo se puede observar cómo aparcamos los vehículos en la calle, o cómo caminamos por las aceras, o cómo reaccionamos en diferentes situaciones en las relaciones sociales.

El bienestar de la sociedad, la felicidad colectiva y particular, depende más de los niveles de educación y civismo que manifestamos que los progresos y los avances científicos.

Los ejemplos o los malos ejemplos crecen como las setas por toda la geografía guriezana: excrementos de perros, coches mal aparcados o aparcados encima de las aceras, plazas y parques llenos de restos de envoltorios, bolsas, chicles, cáscaras de pipas, entornos naturales con preservativos y restos varios, colillas,... somos un pueblo bastante sucio en ese sentido y en mayor o menor medida, todos contribuimos a que la situación no haga más que empeorar. El río Agüera es un ejemplo latente de nuestra conducta colectiva y que decir de nuestro preciado monte, con restos de plásticos ganaderos, latas de aceite, por no hablar del destrozo causado por algunos 4x4 cuya idea de divertirse es destrozar aguatelles, pistas y contaminar balsas de agua de las que luego bebe el ganado...
Es cierto y evidente que el Ayuntamiento debe realizar un esfuerzo notorio en la limpieza y mantenimiento de las zonas públicas, cosa actualmente insuficiente y sin planificación efectiva desde hace décadas, pero no es menos cierto que la principal responsabilidad recae sobre todos y cada uno de nosotros, me incluyo el primero, que tenemos que mostrar una actitud y conducta de respeto y educación con nosotros mismos y con nuestros vecinos.

 Hace poco observábamos uno de ellos en relación a unas papeleras repletas de basura que hacía semanas que el Ayuntamiento no recogía. Tras la denuncia de una vecina (llamando al Ayuntamiento, como tiene que hacerse) el ayuntamiento envió a dos operarios a realizar la labor de limpieza. Para sorpresa de estos dos operarios, las citadas papeleras estaban llenas de excrementos de perros y bolsas de basura, por lo que optaron por desmontarlas y llevarlas a limpiar. Somos conscientes de que se trata de la mala conducta y educación de unos pocos, pero que afectan a todos los vecinos. Es evidente que tenemos un problema grave al respecto

Intentar dialogar sobre este particular resulta harto difícil, ya que nadie se da por aludido y todos somos limpios relimpios y super respetuosos...

¿Qué opinan? ¿Qué soluciones proponen?

Salud

Comentarios

  1. Tienes toda la razón del mundo. ¿Cómo se arregla esto?, pues es muy difícil. Haría falta una varita mágica. ¿De qué vale que le digas a tus hijos que no tiren cosas al suelo, si salen a la calle y ven a niños y mayores tirarlas?, de algo valdrá, o eso quiero pensar, pero es muy difícil conseguir que sean cívicos, cuando el ejemplo que damos los mayores deja mucho que desear.

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